A falta de apenas dos meses para que la prometida de Guillermo de Inglaterra, Catherine Middleton, se convierta en princesa oficialmente, la joven ha demostrado que será más que capaz de desenvolverse con absoluta soltura en los actos oficiales a los que deba acudir una vez casada.
Así se desprende de sus dos primeras apariciones públicas como acompañante de su futuro marido, en las que Catherine ha deslumbrado y dejado claro que está mucho más que preparada para, algún día, asumir el papel de reina.
El pasado 24 de febrero, derrochó espontaneidad y simpatía durante la botadura de un bote salvavidas, celebrado en la Bahía de Trearddur. El príncipe optó por dejarla en sus manos, confiando en su buen hacer y, sin duda, acertó, porque recibió el entusiasta aplauso del público congregado.
Un día más tarde, Catherine regresaba de nuevo a escena con Guillermo, pero esta vez para cumplir con un compromiso mucho más emotivo: visitar la universidad de St. Andrews casi diez años después de que se vieran allí por primera vez.
Su primera firma Lo hicieron para presidir la celebración del 600 aniversario del campus y de nuevo estuvo a la altura. Tan solo hubo un momento en el que el príncipe tuvo que echarle una mano: a la hora de firmar en el libro de visitas, la futura princesa dudó un instante en qué lugar estampar su rúbrica, pero Guillermo, muy atento, lo solucionó rápido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario