viernes, 4 de marzo de 2011

La felicidad está en la lucha

Sí, la felicidades está en el sacrificio. Descubre por qué.

La felicidad está en la lucha en cosmopolitan.com.esEl stress tiene muy mala fama. Las dificultades, el sacrificio son algo que consideramos malo, una desgracia, no como lo que es, parte consustancial de nuestra existencia. Porque además es que somos como somos, chicas, en el fondo nos va la marcha. Estamos hechas así, el ser humano es así, sólo disfrutamos realmente de unas vacaciones si hemos trabajado duro, sólo nos sentimos satisfechos tras una prueba si lo hemos dado todo.

Hemos de tener claro que es un error, que es antinatural y que sólo nos lleva a la infelicidad evitar nuestras obligaciones, renunciar a lo que queremos por verlo sumamente arduo -autoengañarnos diciéndonos que no somos capaces, es habitual- o creer que si algo no es fácil es que no es para nosotras. Nos equivocamos al exigirle facilidades a la vida, al pretender vivir en una confortable burbuja de seguridad sin elecciones difíciles ni sacrificios. Cuando hablamos de problemas, de voluntad, estamos hablando de vivir.

Una cosa es ir como una loca que no te da la vida todos los días del trabajo a recoger a tu hijo y luego corriendo a un horripilante seminario sobre nuevas tecnologías, para después hacer la cena a tu madre y acabar el día salvando tu relación de pareja (lo que necesitas entonces es un taller de meditación, encontrarte a ti misma y controlar tu autoexigencia) y otra muy diferente agotarte o rendirte antes de hacer nada; enfadarte o rendirte ante el coste, las elecciones o la dificultades que conllevará lo que debemos o queremos hacer... Antes de hablar de sus satisfacciones, aprender a bailar cuesta pasar vergüenza e inseguridad, encontrar un buen trabajo cuesta constancia y determinación, tener un hijo cuesta el dolor de un parto y criarlo mil noches en vela... Lo que de verdad llena nuestra vida cuesta esfuerzo, valor y amor o las tres cosas.

"El único lugar donde está seguro un barco es en puerto, pero claro...los barcos no están hechos para eso" decía Louise Hay. Y tiene razón. A la larga se es más feliz afrontando, luchando y tomando decisiones que evitando el dolor que exige vivir. Sólo así, peleando por lo que queremos, acabamos siendo las mujeres que queremos ser, que somos en realidad, sólo así llegamos a ser felices.


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