Una selección de las recetas más tradicionales y saludables de la cocina mediterránea, acompañadas con una tabla de composición nutricional y "casadas" con bebidas fermentadas como la cerveza o el vino, constituye la base del libro "Alimenta tu corazón".
Tal como se recoge en el prólogo "la nutrición no está reñida con la gastronomía. Se puede disfrutar comiendo alimentos muy bien preparados y con una base nutricional irreprochable".
El libro incluye 50 primeros platos de ensaladas, cremas, arroces y verduras, otros 50 platos de carnes y pescados y 25 postres, acompañados de una tabla donde consta el aporte calórico, las proteínas, los carbohidratos, los lípidos, el sodio, el calcio, el hierro, la fibra o las vitaminas de cada uno de ellos.
Así, aparecen comidas de siempre como el salmorejo, patatas a la importancia, pollo al chilindrón, ternera guisada, rodaballo a la gallega o merluza a la sidra, que ligan "a la perfección" con bebidas fermentadas.
Según los autores, la cerveza armoniza con las recetas que contienen elementos ácidos, picantes, ensaladas o ciertas carnes, lo mismo que el vino tinto con las legumbres o el blanco con los pescados.
"Alimenta tu corazón" incluye también una explicación nutricional de todos los componentes básicos de la dieta, consejos prácticos y técnicas culinarias, así como recomendaciones para las comidas fuera de casa.
La inclusión de bebidas fermentadas se debe, según recoge la introducción, a que "su consumo moderado puede prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares", debido a que, en bajas dosis, el vino y la cerveza aumentan el colesterol HDL o "colesterol bueno", pero quizá también por la presencia en estas bebidas de polifenoles y otras sustancias con actividad antioxidante.
El libro incluye 50 primeros platos de ensaladas, cremas, arroces y verduras, otros 50 platos de carnes y pescados y 25 postres, acompañados de una tabla donde consta el aporte calórico, las proteínas, los carbohidratos, los lípidos, el sodio, el calcio, el hierro, la fibra o las vitaminas de cada uno de ellos.
Así, aparecen comidas de siempre como el salmorejo, patatas a la importancia, pollo al chilindrón, ternera guisada, rodaballo a la gallega o merluza a la sidra, que ligan "a la perfección" con bebidas fermentadas.
Según los autores, la cerveza armoniza con las recetas que contienen elementos ácidos, picantes, ensaladas o ciertas carnes, lo mismo que el vino tinto con las legumbres o el blanco con los pescados.
"Alimenta tu corazón" incluye también una explicación nutricional de todos los componentes básicos de la dieta, consejos prácticos y técnicas culinarias, así como recomendaciones para las comidas fuera de casa.
La inclusión de bebidas fermentadas se debe, según recoge la introducción, a que "su consumo moderado puede prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares", debido a que, en bajas dosis, el vino y la cerveza aumentan el colesterol HDL o "colesterol bueno", pero quizá también por la presencia en estas bebidas de polifenoles y otras sustancias con actividad antioxidante.
El secreto está en el resveratrol, un potente antioxidante que inaugura una nueva era en el tratamiento de enfermedades crónicas.
¿Quieres vivir más años? Pues lo tienes muy fácil: sírvete una copa de vino tinto (sólo una si eres mujer y dos si eres hombre) con tu menú diario. ¿La razón? Un reciente estudio de la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha comprobado que ratones de laboratorio alimentados con una dieta muy rica en grasa (equiparable a una de comida rápida en los humanos), pero que recibían resveratrol –un antioxidante presente en el vino tinto– vivían casi el doble que ratones con el mismo régimen, pero que no tomaban dicha sustancia.
Si estudios anteriores ya habían visto que los consumidores regulares de vino tinto tenían menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares yAlzheimer (incluso de endometriosis, en las mujeres), ahora empezamos a conocer el secreto de esa protección.
Nuevas investigaciones han comprobado que el resveratrol (de la familia de los polifenoles) activa unas interesantísimas enzimas del organismo llamadassirtuinas (calificadas como “protectoras de la célula” por los expertos de Harvard), que entre otras cualidades son capaces de protegernos frente a una larga lista de trastornos degenerativos, como la diabetes, el cáncer, la enfermedad cardiovascular, la obesidad y las demencias, incluido elAlzheimer.
La versión sintética
El problema es que, en su forma natural, el resveratrol no es muy potente (tendríamos que tomar más de 100 litros de vino tinto al día para conseguir tasas realmente activas desde el punto de vista médico). Y eso es lo que ha llevado a algunas compañías farmacéuticas a lanzarse a una carrera para desarrollar una versión sintética de este activo, capaz de producir efectos terapéuticos y preventivos. Las investigaciones están tan avanzadas, que uno de estos laboratorios (Sirtris) ha presentado un estudio sobre la capacidad de su producto con resveratrol (que aún está en desarrollo) para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Según sus análisis, el producto es por lo menos tan eficaz como los medicamentos que se están utilizando para esa enfermedad, y ello sin producir aumento de peso.
Asimismo, ya se está testando en patologías como el cáncer y ha revelado su eficacia en el tratamiento del Alzheimer (estará disponible en cinco años). Los investigadores no están trabajando a ciegas. Hace ya más de 30 años, los científicos se preguntaban por qué los franceses, bebedores regulares de vino y con dietas ricas en grasa (foie, paté, quesos, mantequilla...), tenían tasas más bajas de infarto de miocardio y, en general, una esperanza de vida más alta que los habitantes de otros países con dietas también ricas en grasas animales.
Tras muchos estudios, los expertos llegaron a una conclusión definitiva: alguna de las sustancias presentes en el vino tinto era beneficiosa para el corazón. Luego se vio que ese activo era el resveratrol, que las uvasfabrican como protección frente a las infecciones y los radicales libres. Presente en el hollejo (la piel) y las semillas de la uva (y también en los arándanos, los cacahuetes y las granadas), el resveratrol del vino tinto tiene una particularidad beneficiosa: que parece actuar sinérgicamente con el alcohol del vino.
Hoy sabemos que, por sí solas y tomadas con moderación, las bebidas alcohólicas inhiben la formación de trombos. Y está desmostrado que ninguna bebida alcohólica supera en beneficios al vino tinto. Un estudio danés sobre enfermedades cardíacas comprobó que las personas que bebían vinto tinto de forma regular tenían la mitad de riesgo de morir por infarto e ictus que quienes no lo tomaban. Los investigadores indicaban que “los antioxidantes del vino (polifenoles) actúan protegiendo y manteniendo las arterias despejadas”.
Anti envejecimiento
Leonard Guarente, profesor de Biología del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.) y experto en envejecimiento, predice que el resveratrol va a ser una auténtica revolución. “Estamos ante una nueva forma de tratar las enfermedades y ante un producto capaz de retrasar el envejecimiento”, afirma.
Sin embargo, añade que aún es pronto para anunciar un suplemento concreto: “Los que existen actualmente no han sido testados clínicamente (lo que plantea dudas sobre su seguridad) y no son puros (algunos ni siquiera proceden de las uvas), y para que el resveratrol sea activo realmente tiene que ser de una pureza extrema”, señala el experto. Entonces, ¿qué podemos hacer mientras tanto? Su consejo es comer muchas frutas de colores diferentes y tomar una copa de vino al día.
Si estudios anteriores ya habían visto que los consumidores regulares de vino tinto tenían menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares yAlzheimer (incluso de endometriosis, en las mujeres), ahora empezamos a conocer el secreto de esa protección.
Nuevas investigaciones han comprobado que el resveratrol (de la familia de los polifenoles) activa unas interesantísimas enzimas del organismo llamadassirtuinas (calificadas como “protectoras de la célula” por los expertos de Harvard), que entre otras cualidades son capaces de protegernos frente a una larga lista de trastornos degenerativos, como la diabetes, el cáncer, la enfermedad cardiovascular, la obesidad y las demencias, incluido elAlzheimer.
La versión sintética
El problema es que, en su forma natural, el resveratrol no es muy potente (tendríamos que tomar más de 100 litros de vino tinto al día para conseguir tasas realmente activas desde el punto de vista médico). Y eso es lo que ha llevado a algunas compañías farmacéuticas a lanzarse a una carrera para desarrollar una versión sintética de este activo, capaz de producir efectos terapéuticos y preventivos. Las investigaciones están tan avanzadas, que uno de estos laboratorios (Sirtris) ha presentado un estudio sobre la capacidad de su producto con resveratrol (que aún está en desarrollo) para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Según sus análisis, el producto es por lo menos tan eficaz como los medicamentos que se están utilizando para esa enfermedad, y ello sin producir aumento de peso.
Asimismo, ya se está testando en patologías como el cáncer y ha revelado su eficacia en el tratamiento del Alzheimer (estará disponible en cinco años). Los investigadores no están trabajando a ciegas. Hace ya más de 30 años, los científicos se preguntaban por qué los franceses, bebedores regulares de vino y con dietas ricas en grasa (foie, paté, quesos, mantequilla...), tenían tasas más bajas de infarto de miocardio y, en general, una esperanza de vida más alta que los habitantes de otros países con dietas también ricas en grasas animales.
Tras muchos estudios, los expertos llegaron a una conclusión definitiva: alguna de las sustancias presentes en el vino tinto era beneficiosa para el corazón. Luego se vio que ese activo era el resveratrol, que las uvasfabrican como protección frente a las infecciones y los radicales libres. Presente en el hollejo (la piel) y las semillas de la uva (y también en los arándanos, los cacahuetes y las granadas), el resveratrol del vino tinto tiene una particularidad beneficiosa: que parece actuar sinérgicamente con el alcohol del vino.
Hoy sabemos que, por sí solas y tomadas con moderación, las bebidas alcohólicas inhiben la formación de trombos. Y está desmostrado que ninguna bebida alcohólica supera en beneficios al vino tinto. Un estudio danés sobre enfermedades cardíacas comprobó que las personas que bebían vinto tinto de forma regular tenían la mitad de riesgo de morir por infarto e ictus que quienes no lo tomaban. Los investigadores indicaban que “los antioxidantes del vino (polifenoles) actúan protegiendo y manteniendo las arterias despejadas”.
Anti envejecimiento
Leonard Guarente, profesor de Biología del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.) y experto en envejecimiento, predice que el resveratrol va a ser una auténtica revolución. “Estamos ante una nueva forma de tratar las enfermedades y ante un producto capaz de retrasar el envejecimiento”, afirma.
Sin embargo, añade que aún es pronto para anunciar un suplemento concreto: “Los que existen actualmente no han sido testados clínicamente (lo que plantea dudas sobre su seguridad) y no son puros (algunos ni siquiera proceden de las uvas), y para que el resveratrol sea activo realmente tiene que ser de una pureza extrema”, señala el experto. Entonces, ¿qué podemos hacer mientras tanto? Su consejo es comer muchas frutas de colores diferentes y tomar una copa de vino al día.
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