El miedo es una emoción básica que todos experimentamos, una reacción innata a lo
que percibimos como amenaza.
que percibimos como amenaza.
Ante un peligro, el cuerpo se prepara para una respuesta de lucha o huida: el corazón
se acelera (para bombear más sangre), la respiración se intensifica (para lograr más oxígeno), el sudor aumenta y la temperatura se reduce (para actuar con más efectividad).
La ansiedad es un miedo difuso, inconcreto, que tiene que ver con nuestros pensamientos sobre el futuro. Miedo es ponerte en guardia si aparece un toro durante un paseo por el campo. Ansiedad es pensar que si das un paseo podría aparecer un toro y tú no sabrías cómo reaccionar. Por lo tanto, dejas de pasear. Los síntomas de la ansiedad son: tensión muscular, insomnio, preocupación y falta de energía. De pensar en lo que podría ir mal en el futuro, nos agotamos. Y cuanto más nos dejamos llevar por esas deprimentes predicciones, más perdemos la posibilidad de disfrutar los regalos del presente. Así, la ansiedad crece y con ella las conductas para evitarla: distracciones (comprar, hablar, gastar), manías, adicciones... ¿No es hora de matar al dragón?
Ansiolíticos mentales
- Confronta. Párate a arrojar luz sobre tus fantasmas, para que dejen de ser sombras que te persiguen. ¿Qué te da miedo? ¿Es una amenaza real? Los maestros espirituales dicen que todo se reduce a miedo o amor. Comienza a liberarte de las garras del miedo y actuar con amor: pon la atención en lo que deseas y da pequeños pero fi rmes pasos hacia la confi anza, el bienestar, la entrega y la autoestima.
- Abrete. Piensa en lo bueno que te pierdes y que evitas por culpa del miedo y los prejuicios. Date cuenta de que eres libre para cambiar conductas, experimentar, atreverte. Las puertas se abren en el momento en que comprendes que hoy no eres la misma que cuando surgieron esos miedos, y que puedes, aquí y ahora, dejarlos atrás para siempre.
- Respira. Es una herramienta básica para vencer la ansiedad. Cuando estás ansiosa, tu respiración es agitada, superficial, desde el pecho. Esto causa sensación de hormigueo, inestabilidad o mareo que empeora la ansiedad. Poreso, es fundamental aprender a respirar desde el diafragma, como hacen de forma natural los bebés. Si no sabes, prueba una clase de yoga; hará milagros en tu estado de ánimo.
- Cuídate. La ansiedad nos hace adoptar conductas que aparentementecalman la tensión, pero en realidad alimentan el desequilibrio:horarios descontrolados, comer mal, fumar… Una forma desentirte mejor es sustituir estos hábitos por otros que te nutran y liberen endorfi nas (las hormonas del bienestar): dieta sana, ejercicio,ocio creativo...
- Comunícate. Dicen los científicos que las personas que se sienten solas mueren antes. Teje una red de amigos, confidentes, personas en las que apoyarte y a las que ofrecer lo mismo. Una conversación íntima con un ser querido puede hacer que tu miedo se esfume y el vacío que deja se llene de fuerza y autoconfianza.
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